diumenge, 31 d’octubre del 2010

Barcelona, 05/10/1966


Sabía que estabas allí, junto a mí, pese a que no podía verte. Yacía desnuda, en algún sitio, en la seguridad de aquel rincón. ¿En qué dulce instante amaneciste? Hasta aquel momento sólo habías formado parte de mis sueños, llenándolo todo con tu esencia.

No dudé un sólo instante. Seguí tu aroma y cuando quise darme cuenta, me vi ante ti. Acariciaste mis menudas manos. Ni tan siquiera la desnudez de mi cuerpo me atormentaba. Era todo tan limpio, tan apacible... No podía esconderme de algo tan inocente como tu mirada, de algo tan grande como tu luz. Sentí el calor de tu abrazo, un abrazo casto, puro como el agua que brota de un manantial. En ese instante me rendí a tí.

Han pasado ya cuarenta y cuatro años y sigo, como entonces, rindiéndome ante ti.

dijous, 9 de setembre del 2010

Niña Felipa


Niña Felipa, con tu voz sofocaste tantos llantos
que no hay viento que no acaricie tu piel
ni hay flor que no envidie tu aroma
que no hay sol que no dore tu piel
ni agua en el mar que no roce tu boca.

Tú eres la luz y el aire,

eres mar y también viento
eres la tierra, que es madre
eres volcán, eres fuego.
Eres todo eso y más
mi madre, mi niña, mi cielo.

La sencillez de una flor
bien pudiera
esconder toda tu esencia,
como un espejo
cuyo interior reflejara, íntegro,
el perfil de una mujer
cautivadora.




dimarts, 7 de setembre del 2010

La princesa y el tiempo


Erase una vez una princesa que no quería llorar. Tenía el mar en la mirada, un mar profundo y oscuro. La belleza de la joven era inquietante, tanto como el propio océano. Los hombres temían penetrar en él, por miedo a naufragar.
Nuestra princesa estaba siempre sola. Su único amigo era el tiempo, que jamás la abandonaba. Ella, agradecida, bailaba para él.
Éste se había enamorado perdidamente de ella y la quería sólo para él. Era un amor imposible. Un día, la joven bailó para un marinero que no tenía miedo de perderse en el azul de sus ojos. El tiempo, ofuscado, convirtió a la princesa en una anciana. Ella lloró y lloró durante tanto tiempo que las gentes del lugar aseguran que sus lágrimas inundaron el reino, del cual sólo quedó un gran lago salado. Hay incluso quien asegura que en lo más profundo se hallan dos grandes perlas, los ojos de la princesa.


FIN

dissabte, 21 d’agost del 2010

Nosotros



Algunos de nosotros

Papá

Mamá



ALMA


Ya lo ves, de nuevo aquí, tú y yo. ¿Qué voy a contarte hoy que no sepas de mí? ¿Todo? ¿Nada? Puedo hablarte de tantas cosas... pero no sé cual de ellas quieres oír. Puedo contarte que hoy no ha habido ningún cambio, pero sería mentira. Podría decirte la verdad o puedo intentar engañarte. Intentarlo estaría bien pero me engañaría a mí misma, ¿no? Tal vez hoy no me apetezca explicarte cómo va todo. No me apetece contarte verdades porque no quiero pensar en ellas, y tú tampoco querrás oírlas. ¿Me equivoco?
Ten un poco de paciencia. Pronto volveremos a vernos, apenas faltan tres días. Estoy oyendo, a lo lejos, un bolero de Antonio Machín. Dice: no es falta de cariño, te quiero con el alma... te juro que te adoro... A quién vaya dirigido me importa bien poco, Yo te lo dedico a ti, con todo mi cariño. Lo bonito es el sentimiento puro, tanto que parece que se puede tocar.
Te quiero con el alma.

EIRE, SEPTIEMBRE 2006

YA NO SE ENCUENTRAN AMANECERES COMO LOS DE ANTES

Ya no se encuentran amaneceres como los de antes. Ilusiones de papel convergen en siglos de silencio, de ingravidez.
Éste color especial y éste tu aroma distinto confundiéndose al anochecer con efluvios de tiempos remotos.
¿Dónde se perdió la elipse de tus sueños...?

SUEÑOS, AMANECERES Y RECUERDOS



¿A dónde van los sueños cuando, cubiertos de polvo, se olvidan en los lejanos rincones del ayer? Huérfanos, despojados de sus alas, recorren callejones, vagan hambrientos, desfilan ante la mirada vacía de quien les dio la vida.
¿Dónde pace la alegría del dichoso recuerdo, cuando se olvida? Ya no consigo rememorar el armonioso y amarillo canto del jilguero. No contemplo la belleza de su alegre trino. La ilusión se disuelve en la negrura de las aguas rancias de un viejo pozo.
Quisiera… quiero mirarle a los ojos de nuevo para contemplarme yo misma en su apacible y azul mirada. Recuperar así el nítido canto del jilguero, y mis sueños rotos y andrajosos, huérfanos de ilusión, anegados hoy en aguas turbias. Y mis recuerdos fríos y oxidados por la falta de constancia a la hora de invocarlos.
Noviembre trajo su fría mirada y con ella se borró la huella de su rostro, la mancha encarnada de sus labios y el azul lampiño de sus ojos. Tras ella huyó mi belleza que, aunque nunca fue tal, tiempos mejores conoció y como tal yo la consideraba. Mas no me quejo, no me muerde la pena por su ausencia, no me aflige su marcha si no logro conservar en mi memoria aquel tiempo pasado y sentir ya no consigo, junto a mí, el pecado de aquella pasión incandescente.

PARA TÍ


Cuánta paz, cuánta belleza y, prendida del halo de tu aliento, cuánta mi dicha.

dilluns, 16 d’agost del 2010

¿QUIÉN SOY YO?


No soy nadie importante, sólo alguien que pasaba por aquí, alguien a quien le gusta escribir y que cree tener cosas que decir, para aquellos que quieran escuchar. Me gusta divagar. Me pierdo con el sabor de las palabras, aunque a veces resulte algo agrio. Tal vez nadie escuche mi voz, pero por aquello del qué será, de vez en cuando me dejaré caer por aquí para, como ya he dicho antes, divagar un rato.
Nací en Barcelona, en 1966 y... caramba, de eso ya hace mucho tiempo. Estoy casada y vivo en Banyoles, cerquita del lago. Tengo una gata llamada Gamper que es culer culer y un perro llamado Baster, que también lo es, culer culer. Claro está, nosotros también lo somos. Como dicen, de casta le viene al galgo.
Pues eso, soy una chica normal, con una vida normal, que a veces le da por jugar con las palabras, cosa normal, si te apasiona escribir.
Me gusta perderme dentro de mi misma, intentar dar forma a sentimientos que desconozco, emborracharme de emociones y, debo reconocerlo, me gusta escuchar mis propios pensamientos, aunque a menudo no oiga más que un leve susurro.
Soy como soy, terca, egoísta, orgullosa, puede que incluso hipócrita para algunos. Tengo muchos, muchos defectos, pero creo que todo, en su justa medida es bueno. Por otro lado, soy cariñosa, leal, honrada, y justa. Creo que tengo todos esos defectos e incluso más, todas esas virtudes e incluso más. Todos ellos forman parte de mi, junto con su complementario o contrario. ¿Quién no resulta justo e injusto, fiel e infiel?
Todos tenemos lo bueno y lo malo y todos tenemos algo que decir, algo importante. Me gusta escuchar, no sólo hablar. En fin, esto podría alargarse hasta la eternidad, o no.
Lo único que sé, es que, tal y como oí decir a mi padre infinidad de veces, yo soy yo y mis circunstancias, a lo que yo añado, que son tan variables como yo misma.